La capital de Australia es Canberra, una ciudad que a menudo se pasa por alto en favor de otras más grandes y famosas como Sydney y Melbourne. Sin embargo, su selección como capital fue una elección deliberada y estratégica, hecha para promover la unidad entre las dos ciudades rivales y proporcionar un terreno neutral para el gobierno. La decisión de establecer la capital en el Territorio de la Capital Australiana (ACT) se tomó en 1908, y la construcción comenzó poco después.
Situada en el sureste del país, Canberra se encuentra en una cuenca rodeada de colinas, lo que le confiere un carácter topográfico único en comparación con otras ciudades australianas. Fue diseñada por el arquitecto estadounidense Walter Burley Griffin y su esposa Marion Mahony Griffin tras ganar el concurso de diseño en 1911. El trazado de la ciudad pretendía mostrar la belleza natural de Australia e incorporar elementos de la naturaleza a la vida urbana.
Una de las características más significativas de la ciudad es el Triángulo Parlamentario, que alberga el gobierno federal y las principales instituciones nacionales, incluida la Casa del Parlamento, donde se reúnen las dos cámaras del Parlamento australiano. La Casa del Parlamento original estaba situada en una colina conocida como Capital Hill, pero en 1988 se inauguró una nueva y más moderna, con un diseño que incluye un tejado de hierba y acceso público. Esto permite a los visitantes subir al tejado y disfrutar de vistas panorámicas de Canberra y sus alrededores.
Canberra alberga también numerosos monumentos, museos y galerías nacionales, como la Galería Nacional de Australia, que alberga una impresionante colección de arte australiano e internacional. El Museo Nacional de Australia explora la historia, la cultura y el medio ambiente del país a través de exposiciones innovadoras. Para los interesados en la historia militar, el Australian War Memorial sirve de santuario y museo dedicado a los que han servido en las fuerzas armadas.
Aparte de su importancia cultural y política, Canberra ofrece una gran calidad de vida, con espacios verdes, parques y lagos que rodean la ciudad. Destaca el lago Burley Griffin, que ofrece oportunidades recreativas y vistas panorámicas. La ciudad cuenta con un sistema de transporte público bien planificado, que facilita la movilidad de residentes y visitantes.
A pesar de su estatus, a menudo subestimado, Canberra desempeña un papel crucial en Australia como centro político y administrativo. La ciudad es también un centro educativo, con varias universidades, entre ellas la Universidad Nacional Australiana, que figura constantemente entre las mejores del mundo. La población de Canberra es diversa, reflejo de una sociedad multicultural que contribuye a un vibrante espíritu comunitario.
En conclusión, aunque Canberra no tenga el mismo reconocimiento mundial que Sídney o Melbourne, es parte integrante de la identidad y la gobernanza de Australia. El diseño distintivo de la ciudad, su rica historia y sus hitos culturales la convierten en un destino esencial para cualquiera que desee conocer Australia en profundidad.