La capital de Kenia es Nairobi, una bulliciosa ciudad situada en el centro-sur del país. Nairobi, que significa "agua fresca" en lengua masai, es famosa por su vibrante cultura, su rica historia y su importante posición económica en África Oriental.
Nairobi no es sólo la capital, sino también la ciudad más grande de Kenia, con una población que supera los cuatro millones de habitantes. A menudo se hace referencia a la ciudad como la "Ciudad Verde bajo el Sol", debido a sus numerosos parques y zonas verdes, junto con el impresionante telón de fondo de las colinas Ngong que se alzan en la distancia. Destaca el Parque Nacional de Nairobi, situado a poca distancia del centro de la ciudad, que es uno de los pocos parques nacionales del mundo que existen dentro de una capital. Creado en 1946, alberga numerosas especies de animales, como leones, jirafas, cebras y más de 400 especies de aves.
Nairobi es un centro neurálgico para la diplomacia internacional, ya que alberga el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y otras numerosas organizaciones internacionales. Su condición de sede regional de varias naciones contribuye a su importancia en los debates mundiales sobre cuestiones medioambientales, comercio y ayuda humanitaria.
La ciudad es también un importante centro de comercio y finanzas en África Oriental, a menudo considerado el motor económico de Kenia. Nairobi es sede de la Bolsa de Valores de Nairobi (NSE), una de las mayores de África, y de una floreciente industria tecnológica a menudo denominada "Silicon Savannah", que alberga numerosas startups tecnológicas y centros de innovación.
La historia de Nairobi se remonta a finales del siglo XIX, cuando se estableció como depósito ferroviario para el Ferrocarril de Uganda. El ferrocarril conectaba la ciudad portuaria de Mombasa con el interior de Kenia, lo que provocó un rápido crecimiento. Nairobi pasó rápidamente de ser un pequeño depósito a un gran centro urbano, especialmente durante la época colonial británica, que influyó enormemente en su arquitectura, sistemas educativos y redes de transporte.
Culturalmente, Nairobi es increíblemente diversa, reflejo de los muchos grupos étnicos que se encuentran por toda Kenia. La ciudad ofrece una mezcla de estilos de vida tradicionales y modernos, evidente en su gastronomía, música, arte y festivales. Lugares como el Museo Nacional de Nairobi, el Museo Karen Blixen y varios mercados, como el Mercado Maasai, ponen de relieve el rico patrimonio cultural de la ciudad y del país.
En general, Nairobi es una ciudad de contrastes, donde el ajetreo y el bullicio de la vida urbana coexisten con la vida salvaje y los impresionantes paisajes naturales, lo que la convierte en una capital única y dinámica digna de ser explorada.