La capital de Azerbaiyán es Bakú, una vibrante ciudad situada en la orilla occidental del mar Caspio. Bakú no es sólo la ciudad más grande de Azerbaiyán, sino también el centro político y cultural del país. Con su rica historia, impresionante arquitectura y una mezcla de influencias modernas y antiguas, Bakú es una ciudad que cautiva tanto a residentes como a visitantes.
Bakú goza de una posición geográfica única, en la encrucijada de Europa Oriental y Asia Occidental. Su ubicación la ha convertido históricamente en un importante centro comercial y cultural. La ciudad cuenta con más de 2 millones de habitantes, lo que la convierte en una de las más pobladas de la región.
Una de las características más destacadas de Bakú es su increíble horizonte dominado por la arquitectura moderna. Las Flame Towers, un trío de rascacielos que parecen llamas, se han convertido en un símbolo de la ciudad y resultan especialmente impresionantes cuando se iluminan por la noche. La apuesta de Bakú por la modernidad se refleja también en sus construcciones contemporáneas, como el Centro Heydar Aliyev, diseñado por la célebre arquitecta Zaha Hadid, que se caracteriza por sus formas fluidas y curvas.
Sin embargo, Bakú no sólo es moderna, sino que también está impregnada de historia. La Ciudad Vieja, conocida como Icherisheher, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y cuenta con estrechas calles adoquinadas, antiguas murallas y monumentos históricos como la Torre de la Doncella, que se cree que data del siglo XII, y el Palacio de los Shirvanshahs, un impresionante ejemplo de arquitectura islámica.
Bakú también destaca por su escena cultural, que alberga numerosos museos, galerías de arte y teatros. El Teatro Académico Estatal de Ópera y Ballet de Azerbaiyán es una institución destacada, que contribuye a la reputación de la ciudad como centro cultural. Además, Bakú es conocida por su vibrante vida nocturna y su diversidad culinaria, con una mezcla de cocina tradicional azerbaiyana y opciones gastronómicas internacionales.
La ciudad también desempeñó un papel fundamental en la industria petrolera durante el siglo XIX y principios del XX, lo que contribuyó a su desarrollo económico y urbanización. En la actualidad, Bakú sigue prosperando como centro económico, y el sector energético desempeña un papel importante en su economía, sobre todo la extracción y exportación de petróleo y gas natural.
En resumen, Bakú no es sólo la capital de Azerbaiyán; es una ciudad donde la historia se une a la modernidad, ofreciendo una mezcla única de patrimonio cultural, maravillas arquitectónicas y dinamismo económico. Ya sea explorando las antiguas calles de la Ciudad Vieja o maravillándose con los innovadores diseños de los edificios contemporáneos, Bakú promete una experiencia cautivadora a cualquiera que la visite.