La capital de Bangladesh es Dhaka, una vibrante ciudad que sirve de corazón político, económico y cultural del país. Situada en la parte central de Bangladesh, Dhaka se encuentra a orillas del río Buriganga y tiene una larga historia que se remonta al siglo VII. Ha pasado de ser un modesto centro comercial a convertirse en una de las ciudades más grandes y densamente pobladas del mundo.
Dhaka no es sólo el centro administrativo; es la ciudad más grande de Bangladesh, con una población que supera los 8 millones dentro de sus límites urbanos y aproximadamente 20 millones en la gran área metropolitana. Este rápido crecimiento demográfico se atribuye a la emigración del campo a la ciudad en busca de mejores oportunidades económicas.
La importancia de la ciudad se ve acentuada por su condición de núcleo comercial y cultural. Alberga numerosas instituciones gubernamentales, embajadas extranjeras y empresas multinacionales, lo que la convierte en un centro esencial para los negocios nacionales e internacionales. La economía de Dhaka está impulsada principalmente por la industria de la confección, que contribuye significativamente al PIB de Bangladesh y emplea a millones de trabajadores.
Dhaka también es conocida por su rico patrimonio cultural, que refleja una mezcla de tradiciones bengalíes e influencias de diversos periodos históricos. La ciudad cuenta con varios monumentos emblemáticos, como el histórico Fuerte Lalbagh, un complejo fortificado mogol del siglo XVII; Ahsan Manzil, la antigua residencia del Nawab; y el impresionante Jatiyo Sangsad Bhaban, que alberga el Parlamento Nacional de Bangladesh y fue diseñado por el célebre arquitecto Louis Kahn.
Además de sus monumentos históricos, Dhaka ofrece un dinámico panorama culinario. Puestos de comida callejera, restaurantes y locales tradicionales de Bangladesh sirven una gran variedad de platos, como biryani, phuchka (un tipo de chaat) y pitha (una especie de pastel de arroz). La ciudad también es conocida por su hospitalidad y su vibrante vida callejera, que contribuyen a su encanto.
Sin embargo, con su rápida urbanización, Dhaka se enfrenta a problemas como la congestión del tráfico, la contaminación y la sobrecarga de las infraestructuras. Las iniciativas del Gobierno para potenciar la planificación urbana y mejorar las condiciones de vida son cruciales para resolver estos problemas. A pesar de estos retos, Dhaka sigue siendo una ciudad resistente, creativa y con potencial, en continua evolución para satisfacer las demandas de sus ciudadanos.
En conclusión, Dhaka no es sólo la capital de Bangladesh, sino también una bulliciosa metrópolis rica en historia y cultura. Representa el corazón y el alma de la nación, y refleja las aspiraciones y luchas del pueblo bangladeshí mientras navega por las complejidades de la vida urbana moderna.