La Primera Guerra Mundial, también conocida como la Gran Guerra, comenzó oficialmente el 28 de julio de 1914 y duró hasta el 11 de noviembre de 1918. Este conflicto crucial remodeló el paisaje político de Europa y tuvo impactos duraderos en todo el mundo. La guerra surgió de una compleja red de alianzas y enemistades entre las principales potencias europeas, incluyendo el Imperio Austro-Húngaro, el Imperio Alemán, el Imperio Otomano, Francia, Rusia y el Reino Unido. Las tensiones se intensificaron especialmente después del asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo el 28 de junio de 1914, que a menudo se cita como el catalizador inmediato de la guerra.
El asesinato desató una serie de eventos que se convirtieron en un conflicto a gran escala. Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, lo que llevó a Rusia a movilizarse en defensa de Serbia. Luego, Alemania declaró la guerra a Rusia, y poco después a su aliado, Francia. El Reino Unido se unió a la guerra en respuesta a la invasión de Bélgica por parte de Alemania. Esto desencadenó un conflicto extenso y devastador que convirtió la guerra de trincheras en una característica horrible del Frente Occidental.
Al final de la guerra, imperios habían colapsado, las fronteras habían cambiado y millones de vidas se habían perdido. La guerra resultó en aproximadamente 16 millones de muertes y 21 millones de heridos. El Tratado de Versalles se firmó en 1919, poniendo fin formalmente a la guerra e imponiendo pesadas reparaciones a Alemania. Este tratado a menudo se culpa por las condiciones económicas que llevaron a la Segunda Guerra Mundial. Además, la guerra llevó a cambios políticos significativos, incluidas revoluciones en muchos de los países involucrados. También ocurrieron cambios sociales significativos, incluidos los avances en los derechos de las mujeres a medida que las mujeres asumieron roles que tradicionalmente había ocupado hombres que estaban sirviendo en el ejército.
La Primera Guerra Mundial también tuvo efectos culturales profundos, dando lugar a un arte y literatura modernistas. La pura escala y brutalidad del conflicto obligaron a la sociedad a confrontar temas de desencanto, pérdida y la futilidad de la guerra, que se reflejaron en las obras de muchos escritores y artistas de la época. Fue, de hecho, una guerra que no solo redefinió las fronteras nacionales, sino que también transformó sociedades y preparó el escenario para los tumultuosos eventos del siglo XX.