El mamífero más grande del mundo, y de hecho el animal más grande que se conoce que haya existido, es la ballena azul (Balaenoptera musculus), que alcanza longitudes de hasta 30 metros (100 pies) y pesa aproximadamente 200 toneladas (180 toneladas métricas) o más. Estos mamíferos marinos se pueden encontrar en océanos de todo el mundo, principalmente en aguas profundas donde cazan su principal fuente de alimento: pequeñas criaturas similares a camarones llamadas kril. Una ballena azul consume alrededor de 4 toneladas de kril al día durante la temporada de alimentación.
Las ballenas azules se caracterizan por sus cuerpos largos y aerodinámicos y sus prominentes aletas dorsales. Su coloración suele ser gris azulado con manchas más claras, lo que las hace únicas y fácilmente reconocibles. A diferencia de muchas otras ballenas, se sabe que las ballenas azules producen llamados estruendosos, que pueden alcanzar volúmenes de hasta 188 decibelios, lo que las convierte en uno de los animales más ruidosos del planeta. Se cree que estas vocalizaciones son utilizadas para la comunicación y la navegación en el vasto océano.
A pesar de su enorme tamaño, las ballenas azules enfrentan amenazas significativas debido a las actividades humanas. La caza de ballenas histórica redujo drásticamente sus poblaciones durante el siglo XX, lo que llevó a estrictas protecciones bajo la Ley de Protección de Mamíferos Marinos y la Ley de Especies en Peligro en los Estados Unidos. Hoy en día, aunque sus números han ido recuperándose lentamente, todavía se clasifican como en peligro de extinción. Sus principales amenazas ahora incluyen colisiones con barcos, enredos en artes de pesca y los impactos del cambio climático que afectan su suministro de alimentos.
La increíble escala de las ballenas azules se extiende no solo en longitud y peso, sino también en el tamaño de su corazón, aproximadamente del tamaño de un automóvil pequeño, pesando alrededor de 180 libras (aproximadamente 80 kilogramos). El volumen de sus pulmones también es inmenso; los pulmones de una ballena azul pueden contener alrededor de 5000 litros (aproximadamente 1320 galones) de aire. Estas magníficas criaturas continúan cautivando a investigadores y aficionados por igual, no solo por su tamaño, sino también por el papel vital que desempeñan en los ecosistemas marinos, influyendo en todo, desde la productividad oceánica hasta la salud de las poblaciones de kril de las que dependen.