La capital de Israel es Jerusalén, una ciudad de enorme importancia histórica, cultural y religiosa. Históricamente, ha sido el centro de la vida judía y el foco de las aspiraciones judías durante más de 3.000 años. A menudo se hace referencia a ella como la "Ciudad de David" y ostenta un estatus único como una de las ciudades más antiguas del mundo, con una historia que abarca miles de años. Jerusalén está situada en los montes de Judea, entre el Mediterráneo y el Mar Muerto, y sirve de mágica confluencia de diversas culturas y religiones, principalmente el judaísmo, el cristianismo y el islam.
El Muro de las Lamentaciones, vestigio del Segundo Templo, es el lugar más sagrado donde los judíos pueden rezar. Es un lugar lleno de peregrinos religiosos y turistas. Para los cristianos, Jerusalén es el lugar de acontecimientos clave en la vida de Jesús, como su crucifixión y resurrección, representados por lugares como la Iglesia del Santo Sepulcro. En el Islam, la mezquita de Al-Aqsa, situada en el Monte del Templo, se considera el tercer lugar más sagrado después de La Meca y Medina.
El estatus político de la ciudad es complejo y controvertido. Aunque Israel proclamó Jerusalén como su capital en 1950, no se ha establecido un consenso internacional. Muchos países se han abstenido históricamente de reconocer Jerusalén como capital debido a las disputas con los palestinos, que reclaman Jerusalén Este como su futura capital. En 2017, Estados Unidos, liderado por el presidente Donald Trump, reconoció Jerusalén como capital de Israel, trasladando allí su embajada desde Tel Aviv, una medida que fue recibida tanto con apoyo como con vehemente oposición a nivel internacional.
Jerusalén suele caracterizarse por la diversidad de sus barrios, en los que habitantes judíos, musulmanes y cristianos viven en proximidad. La Ciudad Vieja de Jerusalén, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está dividida en cuatro barrios: Judío, musulmán, cristiano y armenio, cada uno de los cuales contribuye al rico tapiz de la identidad de la ciudad. Lugares específicos dentro de la Ciudad Vieja, como la Cúpula de la Roca y el Monte de los Olivos, subrayan aún más el profundo significado religioso de la ciudad.
Jerusalén cuenta con más de 900.000 habitantes, entre los que destacan judíos (laicos, religiosos y ultraortodoxos) y árabes (predominantemente musulmanes y una minoría cristiana). La mezcla de culturas, lenguas y tradiciones contribuye a la vitalidad de la vida cotidiana en la ciudad.
En resumen, Jerusalén no es sólo la capital de Israel, sino un emblema de identidad y fe para millones de personas en todo el mundo. El atractivo histórico de la ciudad, su diversidad cultural y su actual importancia política la convierten en un foco de interés y contención en los debates mundiales sobre la paz, la identidad y la coexistencia.