La capital de Ucrania es Kiev, una vibrante ciudad situada en el centro-norte del país, a orillas del río Dniéper. Conocida por su rica historia, su variada arquitectura y su importancia cultural, Kiev no es sólo la capital política, sino también un importante centro económico y cultural de Ucrania.
El pasado de Kiev se remonta a más de 1.500 años. Fue fundada por tribus eslavas y se convirtió en la capital de la Rus Kyivan, el primer estado eslavo oriental, en el siglo IX. La ciudad desempeñó un papel crucial en la difusión del cristianismo en la región cuando el Gran Príncipe Volodymyr el Grande se convirtió al cristianismo en el año 988 d.C., influyendo significativamente en la cultura y la historia de Europa del Este.
En la actualidad, Kiev se caracteriza por su hermosa mezcla de arquitectura antigua y moderna. Entre sus estructuras icónicas destacan la catedral de Santa Sofía, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que exhibe una impresionante arquitectura bizantina, y el Kyiv Pechersk Lavra (Monasterio de las Cuevas), otro lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y conocido por sus cuevas subterráneas y sus históricos edificios religiosos. La ciudad también alberga modernos rascacielos, parques y una bulliciosa vida urbana.
La población de Kiev ronda los 3 millones de habitantes, lo que la convierte en una de las mayores ciudades de Europa. El idioma oficial es el ucraniano, pero también se habla ruso. La ciudad es un epicentro cultural y acoge varios festivales, teatros, museos y galerías que celebran el arte, la música y el folclore ucranianos. Destacan la Ópera Nacional de Ucrania, el Museo de Tesoros Históricos y el PinchukArtCentre, dedicado al arte contemporáneo.
En los últimos años, Kiev ha acaparado la atención internacional debido a su papel fundamental en el panorama político del país, especialmente durante las protestas del Euromaidán en 2013-2014, desencadenadas por el descontento público ante la decisión del Gobierno de suspender un acuerdo de asociación con la Unión Europea. Este movimiento provocó cambios políticos significativos y desarrolló el ambiente de identidad nacional entre los ucranianos.
Kiev es también un centro neurálgico del comercio en Ucrania y en la región. La ciudad cuenta con modernas infraestructuras, como el aeropuerto internacional de Boryspil, que la conecta con numerosos destinos internacionales. Además, la economía de Kiev contribuye significativamente al PIB nacional, con sectores clave como la tecnología, la industria manufacturera y los servicios.
En conclusión, Kiev no es sólo la capital de Ucrania, sino también una ciudad repleta de historia, cultura e importancia en Europa del Este. Es un testimonio de resistencia, especialmente frente a los retos recientes, y sigue prosperando como símbolo de la identidad y el orgullo ucranianos.