La moneda de Japón es el yen, que se representa con el símbolo "¥" y tiene el código de moneda internacional JPY. El yen se introdujo en 1871 y desde entonces se ha convertido en una de las monedas más negociadas del mundo. Es particularmente importante en Asia y juega un papel crucial en los mercados financieros globales.
El yen se divide en 100 sen, aunque las monedas de sen ya no se utilizan comúnmente en circulación. El Banco de Japón es responsable de emitir y regular la moneda, manteniendo la estabilidad de precios para apoyar el crecimiento económico. El yen es conocido por su valor relativamente estable y, a menudo, se considera una moneda refugio en tiempos de inestabilidad económica.
Los billetes japoneses vienen en cuatro denominaciones: ¥1,000, ¥5,000, ¥10,000 y ¥100. Los diseños de estos billetes muestran figuras notables de la historia japonesa, como Yukichi Fukuzawa y Hideyo Noguchi, así como imágenes que representan la belleza natural y el patrimonio cultural de Japón.
Además, el yen a menudo sirve como un punto de referencia para el comercio en Asia debido a la posición de Japón como la tercera economía más grande del mundo por PIB nominal. Las fluctuaciones de la moneda pueden tener un impacto significativo en la dinámica comercial global y son monitorizadas de cerca por inversores y analistas del mercado. Comprender el comportamiento del yen puede proporcionar información sobre la salud económica de Japón y sus posibles repercusiones en los mercados financieros internacionales.
Además de su uso en el país, el yen es ampliamente aceptado en transacciones internacionales, especialmente en Asia. A menudo se utiliza como moneda de reserva, mantenida por bancos centrales extranjeros como parte de sus reservas de divisas. Esto subraya aún más la importancia del yen en finanzas globales.
En conclusión, el yen no solo es la moneda de Japón, sino también una parte vital de la economía global, influyendo en los sistemas financieros, las inversiones y las prácticas comerciales a través de las fronteras.