La capital de Malaui es Lilongüe, designada oficialmente como tal en 1975, sucediendo a la antigua capital, Zomba. Situada en la región central del país, Lilongüe sirve de centro político y económico, y desempeña un papel crucial en la gobernanza y el desarrollo de Malaui.
La historia de Lilongüe se remonta al siglo XIX, cuando era una pequeña aldea habitada por el pueblo ngoni. Su desarrollo se aceleró durante el periodo colonial, en gran parte debido a su situación estratégica y a su proximidad a rutas comerciales clave. La ciudad recibió su nombre del río Lilongwe, una importante fuente de agua que fluye por la región, enriqueciendo su potencial agrícola.
Una de las razones para trasladar la capital a Lilongüe fue su situación más céntrica en comparación con Zomba, que permitía una mejor accesibilidad desde diversas regiones del país. La ciudad tiene un trazado único, con zonas diferenciadas como el casco antiguo, que conserva un ambiente más tradicional, y la ciudad nueva, caracterizada por infraestructuras modernas y un desarrollo urbano planificado.
Lilongüe ha crecido rápidamente desde que se convirtió en capital, pasando de ser una ciudad relativamente pequeña a una bulliciosa capital con más de un millón de habitantes. Ahora no es sólo la sede política del gobierno, sino también un vibrante centro comercial, donde prosperan diversos negocios, mercados y actividades comerciales.
La ciudad alberga varios monumentos e instituciones notables, como la Asamblea Nacional, la Oficina Presidencial y varios ministerios. Además, Lilongüe alberga muchas embajadas extranjeras, lo que contribuye a su papel como corazón diplomático de Malawi.
Desde el punto de vista cultural, Lilongüe ofrece un rico tapiz de la vida malauí, con diversos actos culturales, festivales y mercados que exhiben las tradiciones, artes y oficios locales. El Centro de Vida Salvaje de Lilongüe es también una atracción importante, dedicado a la rehabilitación de la vida salvaje y a la educación para la conservación.
Además, el desarrollo de la ciudad ha contado con el apoyo de varias organizaciones internacionales de ayuda, que se han centrado en mejorar las infraestructuras, la sanidad, la educación y las oportunidades económicas de la zona. La presencia de Lilongüe como capital ha sido decisiva para dirigir la atención y los recursos hacia la región central de Malaui, hasta ahora eclipsada por las regiones del sur y el norte del país.
En resumen, Lilongüe es un testimonio de las aspiraciones de crecimiento y modernización de Malaui, ya que sigue evolucionando como capital del país, proporcionando tanto una sede gubernamental como un centro de actividad económica.