La segunda montaña más alta del mundo es el K2, que se eleva a una impresionante altura de 8,611 metros (28,251 pies) sobre el nivel del mar. Se encuentra en la cordillera del Karakórum en el Himalaya, en la frontera entre Pakistán y China. El K2 suele considerarse más desafiante de escalar que el Monte Everest, que es la montaña más alta del mundo. Esto se debe a varios factores, incluyendo su clima extremo, los requisitos técnicos de escalada y el hecho de que tiene una tasa de mortalidad más alta entre los escaladores.
El K2 fue ascendido por primera vez con éxito el 31 de julio de 1954 por un equipo italiano liderado por Lino Lacedelli y Achille Compagnoni. La montaña fue nombrada K2 por el agrimensor británico Thomas Montgomerie, quien realizó el primer estudio de la cordillera del Karakórum en 1856 y utilizó un sistema de etiquetado que designaba al K2 como el segundo pico de la cordillera. El nombre "K2" proviene de la designación de la cordillera del Karakórum, que es una traducción de la frase persa que significa "montaña negra".
Curiosamente, el K2 es conocido por su forma de pirámide, y a diferencia del Everest, que se puede abordar desde múltiples rutas, el K2 tiene una ruta de escalada más técnica, accesible principalmente a través del Abruzzi Spur, que implica escaladas desafiantes en roca y hielo. Los escaladores a menudo enfrentan condiciones peligrosas, incluyendo avalanchas, frío extremo y clima impredecible. Aunque tiene una menor elevación que el Everest, muchos escaladores experimentados consideran que la ascensión al K2 es uno de los logros más difíciles en la escalada de montañas.
A pesar de su naturaleza traicionera, el K2 atrae a escaladores de todo el mundo que son atraídos por su grandeza y desafío. La montaña sigue sin ser escalada en los meses de invierno debido a las severas condiciones, y solo se han logrado un pequeño número de cumbres exitosas en esta temporada. El K2 también es conocido por sus vistas impresionantes, ofreciendo una perspectiva impresionante de las montañas y glaciares circundantes.
El legado del K2 sigue inspirando a aventureros y montañeros, simbolizando el atractivo y el peligro de los picos más altos de la naturaleza. Las historias de muchos escaladores sobre sus intentos de alcanzar la cima se han vuelto legendarias, destacando el indomable espíritu humano ante las fuerzas de la naturaleza.