El 15 de abril de 1912 se hundió el Titanic, un transatlántico británico de pasajeros que era el barco más grande y lujoso de su época. Este trágico suceso, a menudo considerado como uno de los desastres marítimos más infames de la historia, dejó un profundo impacto en la normativa de seguridad marítima y en la conciencia pública.
Construido por Harland and Wolff en Belfast, el Titanic fue anunciado como "insumergible" debido a sus avanzados dispositivos de seguridad, incluidos compartimentos estancos y puertas estancas accionadas electrónicamente. El buque emprendió su viaje inaugural de Southampton (Inglaterra) a Nueva York con 2.224 pasajeros y tripulantes a bordo.
En la noche del 14 de abril de 1912, durante su travesía, el Titanic chocó contra un iceberg aproximadamente a las 23:40 horas. A pesar de la rápida respuesta de la tripulación, el impacto provocó una serie de agujeros en el casco del buque, lo que provocó una rápida inundación de los compartimentos. A las 12:15 de la mañana del 15 de abril se desplegaron los botes salvavidas, pero no había suficientes para todos los pasajeros.
El barco se hundió en menos de tres horas, aproximadamente a las 2:20 AM, causando la muerte de más de 1.500 personas. Sólo sobrevivieron unos 700 pasajeros, rescatados por el cercano buque Carpathia, que llegó aproximadamente una hora después del hundimiento del Titanic.
Las secuelas del desastre del Titanic provocaron un amplio escrutinio de las medidas de seguridad en los buques de pasajeros. Las investigaciones condujeron al Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS), establecido en 1914, que impuso normas sobre botes salvavidas y protocolos de seguridad para los buques.
Los restos del Titanic fueron descubiertos en 1985, a unos 12.500 pies de profundidad en el Atlántico Norte, revelando los trágicos vestigios del barco y sus pasajeros. Desde entonces, la historia del Titanic ha cautivado la imaginación del público y ha dado lugar a numerosas películas, obras literarias y actividades de conmemoración.
Hoy en día, el Titanic sirve de sombrío recordatorio del coste humano de la arrogancia y de la necesidad de una vigilancia constante de la seguridad marítima. El legado del Titanic sigue resonando, recordando a la sociedad la importancia de la preparación y el respeto por el mar.